jueves, 4 de diciembre de 2008

El viaje en el Beagle

En 1922, un joven naturalista de apenas 22 años, emprende un viaje a través de un velero llamado H.M.S. Beagle, que cambiará el estudio del conocimiento biológico. Estoy hablando de Charles Darwin (1809-1882).

Se enrola en una expedición científica que viajaría alrededor del mundo, y que durante cinco años recogería multitud de pruebas biológicas, geográficas, climatológicas, etc.

En un principio el viaje tenía una duración prevista de dos años, en el que se pretendía recopilar datos cartográficos de navegación de las costas de sudamérica y explorar las islas del Pacífico y las costas de Australia. Junto con estas metas, el capitán del bergantin Robert Fitzroy (1805-1865) abrigaba la esperanza de encontrar pruebas que evidenciaran la verdad del Génesis, y para ello requirió la presencia a bordo de un naturalista.
El joven Darwin era de familia acomodada, y su posición social le había permitido entablar contacto con los naturalistas de la época, y ya estaba al tanto en el momento de su partida, de los avances hechos en el ámbito de la historia natural, y por supuesto, de las primeras ideas evolucionistas.

El viaje duró más de cinco años, y en él, Darwin pudo adquirir gran experiencia como naturalista, recopilar una ingente cantidad de muestras y observaciones geológicas, paleontológicas y biológicas y tener una visión de primera mano acerca de la Naturaleza. Durante esos cinco años, Darwin hubo de escuchar las opiniones de Fitzroy, conservadoras y creacionistas hasta el extremo, sin pestañear. Stephen Jay Gould (teoría del equilibrio puntuado) dice que las opiniones del capitán habrían sido un acicate para que Darwin elaborara una teoría opuesta.

Sin embargo, la gestación de la teoría de la evolución mediante selección natural, se produjo durante los 25 años posteriores a su viaje. En ese período trabajó minuciosamente sobre el material recogido, recopiló nuevas pruebas y diseño experimentos para corroborar su hipótesis.

Volviendo al capitán FitzRoy, tenemos que decir que sus fuertes convicciones religiosas le provocaron, tras la publicación de El Origen de las especies, y hasta el final de sus días, la aparición de un gran sentimiento de culpa por el hecho de que su expedición hubiese hecho un flaco favor a las Escrituras. Durante el resto de su vida apeló infructuosamente a Darwin para que se retractara de su teoría. Su inflexible tradicionalismo, junto con sus continuados fracasos profesionales le convirtieron en un hombre Huraño y abatido que terminó quitándose la vida a los 60 años de edad.

Más Información:
"Fundamentos Biológicos de la Conducta" Vol. I. Varios Autores. Ed. Sanz y Torres.


Enlace a esta entrada en el blog de Suso, Coscorrón de Razón

5 comentarios:

Mary Lovecraft dijo...

Increíble el poder de la mente humana, como puede resultar tan liberadora (en este caso metería la apertura de miras de Darwin) o tan obtsamente devastadora (aquí a FizRoy) hasta el punto de quitarse uno la vida!

increíble...

muy buen documento Moisés, me encanta todo lo relacionado a este gran personaje histórico.

un beso!

Moisés P. dijo...

Gracias Mary. Esta historia es impresionante, además, fíjate en lo que supuso ese viaje para entender la evolución.
saludos

Suso dijo...

Hola Moisés.
Pues como puedes comprobar, te devuelvo la visita, que lejos de considerarla obligada, ha resultado más que amena y educativa. Genial lo del sentimiento de culpa de FiztRoy, bien merecido lo tuvo, por creacionista irracional.
Supongo que conoces "Una breve historia de casi todo", de Bill Bryson. Cuenta de esta travesía varias anécdotas, pero me quedo con esta: finalizando los cinco años de viaje, FiztRoy le dijo a Darwin que cuando nada más llegar a Inglaterra se iba a casar con una joven con la que estaba prometido. En cinco años nunca había insinuado que tuviese un arelación sentimental, y por supuesto, jamás había mencionado ni siquiera el nombre de la novia. Un personaje terriblemente inestable que por suerte no arruinó el trabajo de Darwin, a pesar de las continuas disputas entre ambos...
Un abrazo.

Moisés P. dijo...

Hola Suso, es un placer y un honor tenerte como comentarista en este blog. Muchas gracias por tu aportación, que ha sido muy interesante.
abrazos¡¡

Suso dijo...

Por favor Moisés, como diría el Chavo el Ocho: favor que usted me hace....
Supongo que la blogocosa va juntando blogs y autores con afinidades o inquietudes similares. Me he fijado que los blog-rolls de los sitios que tengo en mi blog-roll, contienen más o menos los mismos sitios en su blog-roll (qué lío, no?). Nos interconectamos y estamos condenados a encontrarnos tarde o temprano... Para mí, una buena noticia que nuestro momento de conocernos ya haya llegado.
Que dure!!

Son las....