Relatos de Abraham Homero (IX)

Una de funcionarios

Diez de la mañana, administración pública cualquiera.

- Hoy no tengo ganas de trabajar.
- Pues anda que yo...
- Llevo todo el día sin hacer nada.
- Yo llevo toda la semana tocándome los huevos.
- Eso no es nada. Entré en el ochenta y cinco y todos mis informes y expedientes los han ido haciendo los interinos.
- Yo tengo una vagancia crónica.
- La mía es autosómica recesiva.
- Yo sufrí una mutación en el gen del trabajo por calentarme el café en el microondas y se volvió vago dominante.
- Yo no soy vago. Es simple deformación profesional.
- Yo no hago nada en mi despacho por solidaridad con mis compañeros.
- Mi vagancia es una forma de lucha no violenta contra el sistema capitalista. En el fondo soy un antisistema.
- Mi problema es que mi trabajo no me motiva.
- A mí me pasa lo mismo. Llevo un estrés crónico de no hacer nada de nada. Voy a pedir cita a mi psicoanalista.
- Es que estamos expuestos a la vida real, al contacto diario con los problemas del hombre de a pie. Y somos simples personas, no superhombres que resuelven todos los problemas.
- Yo hoy tengo el karma por los suelos. El aire apesta, el agua está contaminada, la tierra se está destruyendo. Yo no puedo trabajar con tantos problemas sin resolver en el mundo.
- De acuerdo entonces. Hoy ninguno atiende al señor que está todo el día esperando en ventanilla.